lunes, 24 de enero de 2011

Curiosidades sobre los koalas

 

 LOS KOALAS              


                  

El koala alcanza una longitud corporal de 76 cm; el cuerpo es rechoncho y está cubierto de pelo suave y de color marrón grisáceo. La cabeza es grande y redonda, y tiene unas orejas peludas, grandes y redondeadas.

La dentadura del koala está adaptada a su dieta herbívora, y es similar a la de otros marsupiales diprotodontos (canguros y wombats). Tienen afilados incisivos para cortar hojas al frente de su boca.


Las extremidades posteriores son cortas, con pies grandes dotados de cinco dedos; cada mano tiene cinco dedos, dos de ellos opuestos a los otros tres; cada dedo posee una garra fuerte y grande. Las patas traseras no tienen garras en el dedo mayor, y el segundo y tercer dedo están fusionados para formar un garfio con el que pueden extirparse las garrapatas, de las que sufren a menudo.

















Estas características hacen que el koala esté perfectamente adaptado a su vida arborícola, y es fácil de observar en los bosques de eucaliptos del este de Australia, que constituyen su único hábitat, así como su fuente de alimento, pues este animal solo come las hojas y las yemas de estos árboles. Los koalas que habitan en climas menos cálidos son generalmente más grandes y tienen el pelaje más oscuro y espeso que aquellos que viven en climas más cálidos. A pesar de estas adaptaciones generales, hay también excepciones. En la fértil Victoria (Australia), un macho adulto puede pesar hasta 14 kg, y una hembra hasta 11 kg. El peso medio de estos animales es más bajo: 12 kg en los machos y 8 kg en las hembras. Los koalas de la seca Queensland son generalmente más pequeños, con un peso medio en los machos de 8 kg, y en las hembras, de 6 kg.


Los machos se distinguen de las hembras por la bolsa testicular, así como por la glándula que tienen en el pecho, y que desprende olor. Las hembras, a su vez, se identifican por la bolsa o marsupio. Además, normalmente son más bonitas, lo que se debe a sus facciones y a su menor estatura. La bolsa es como la del wombat (otro marsupial australiano) y, al contrario que en los canguros, la abertura de la bolsa se encuentra en la parte inferior de ésta. Los machos adultos pueden ser hasta un 50% más grandes que las hembras adultas, y, además de tener la curvatura de la nariz más pronunciada, la forma de su cabeza es algo diferente a la de las hembras.


La hembra pare una única cría de 5,5 g de peso, que se desplazará hasta la bolsa marsupial de la madre nada más nacer, y permanecerá en ésta durante seis meses, alimentándose de leche; después de este periodo de lactancia, y como paso previo a la alimentación vegetariana propia del adulto, el joven koala se alimenta de una especie de papilla semidigerida que la madre produce por el ano. Este fenómeno parece que explica la posición de la bolsa marsupial en el koala, la cual está abierta hacia atrás, pues de este modo facilita el acceso de la cría al alimento materno. Esta también es una técnica para evitar que el joven Koala muera, ya que carece de las bacterias en su estómago que le ayudan a neutralizar el veneno del eucalipto.

 

 

Capacidad auditiva


Como animales nocturnos que son, poseen buenas facultades auditivas. Su vista es, sin embargo, más bien mediocre. La gran nariz de los koalas es excepcionalmente sensible. Les da información acerca de todo lo que concierne a la supervivencia, su territorio y el apareamiento.

 

Hábitat

Las poblaciones de koalas sólo pueden extenderse si se encuentran en el hábitat adecuado. Este incluiría los árboles preferidos por los koalas (principalmente eucaliptos, pero también otros), que deben crecer asociados en cierto modo sobre un suelo adecuado, además de suficientes precipitaciones. Además, debe haber otros koalas viviendo en las proximidades.
Un hábitat con espacio limitado tiene, obviamente, una capacidad limitada. Esto quiere decir que muy pocos koalas pueden vivir en estas condiciones. Si una zona se reduce, se hace pedazos o se destruye en su totalidad, disminuye el número de koalas que viven allí. La capacidad de un hábitat depende de la consistencia de los árboles, la densidad del arbolado, las lluvias, el clima, el terreno, las formas del paisaje y el tamaño.

 

Modo de vida

Los koalas viven en los árboles y realizan la mayoría de sus actividades de noche. No se encuentran cómodos en el suelo, donde caminan a gatas. Para ahorrar energía, duermen 20 horas al día, más que los perezosos, que duermen unas 18 horas diarias. Sus depredadores naturales son los dingos, las lechuzas, las águilas, los varanos y las serpientes pitón. Las épocas de sequía y, sobre todo, los incendios, también pueden resultar peligrosos para ellos.
Sin embargo, la acción del hombre ha provocado la aparición de nuevos peligros, como coches, perros vagabundos, insecticidas, piscinas y un mayor riesgo de contraer gangrena. A menudo, se construyen carreteras que atraviesan territorios de koalas, por lo que el koala debe quedarse en el lado en que se encuentran gramos de hojas al día. Son muy exigentes a la hora de elegir sus alimentos: primero estiran un brazo y cogen con mucho esmero algunas de las hojas elegidas; luego las olisquean con cuidado antes de darles un bocado; y, por último, las mastican hasta hacerlas una papilla y se las tragan.
Los dientes del koala están adaptados para comer hojas de eucalipto. Estos animales recogen las hojas con los incisivos superiores e inferiores. El hueco entre los incisivos y las muelas permite que puedan mover las hojas de un lado para otro con la lengua sin morderse. Las muelas tienen una forma especial que hace que también puedan trocear la comida, en lugar de solo triturarla. De este modo, los dientes quitan la humedad a las hojas y destruyen la fibra de éstas, de modo que facilitan la digestión.
El eucalipto les aporta azúcares, almidón, grasas y proteínas. En un proceso digestivo relativamente largo; se extraen el agua y los alimentos aprovechables. Como sus alimentos son difíciles de digerir, poco energéticos e incluso tóxicos, los koalas tienen un apéndice que es muy largo (hasta 2,5 metros). Aquí las bacterias ayudan a digerir las fibras y permiten que se dé una especie de fermentación. Además, su lento metabolismo hace posible que se almacene el eucalipto durante bastante tiempo, en el que se pierde la mayoría de la energía. Así mismo, les lleva a un bajo consumo de energía, que es inferior al del resto de los animales herbívoros.


 

 

 

 

 

Vida en los árboles

Los koalas pasan la mayor parte del tiempo en los eucaliptos. Estos musculosos animales son unos grandes trepadores. Se caracterizan por tener un cuerpo pequeño y regordete y unas extremidades relativamente largas. Sus manos, pies y garras reúnen las cualidades necesarias para agarrarse y balancearse en las ramas. Intuitivamente, los koalas intentan protegerse del peligro en las ramas de los árboles. En las urbanizaciones, trepan por las paredes, vallas, postes de luz y letreros de las calles.
Si los koalas quieren subir a un árbol, brincan desde el suelo, se sujetan a la corteza con sus garras y, seguidamente trepan. Suben y bajan de los árboles siempre con la cabeza hacia arriba. Normalmente, descienden lentamente, ya que sólo utilizan una pata. Generalmente, los koalas solo descienden de un árbol para llegar a otro. Aquí les acecha la mayoría de los peligros. Cuando caminan, adelantan primero la mano derecha, después el pie izquierdo, la mano izquierda y finalmente el pie derecho. Y cuando corren, mueven pies y manos a la vez.
Algunos koalas permanecen más tiempo en el suelo que otros. Este comportamiento depende del tamaño del territorio y de la distancia entre los árboles. A menudo, en las cercanías de las urbanizaciones deben recorrer más distancia por el suelo que en los alrededores más tranquilos.
En los árboles seguros y cómodos, los koalas se muestran tranquilos. Su actitud depende de la condición de las horquillas de las ramas, de las condiciones meteorológicas y de la hora del día. Dado que el tiempo cambia constantemente durante el día en un bosque australiano, los koalas pueden estar en diferentes lugares: al sol, a la sombra, en una zona de viento frío o en lugares protegidos del viento o de la lluvia.
Los koalas pueden estar cómodos sobre una rama durante una hora. Mientras duermen, se sujetan a las horquillas para no caerse. El pelaje del trasero, que es especialmente espeso, les permite apoyarse en las ramas más duras. En los días fríos, húmedos y ventosos, los koalas se enrollan como una bola para ocupar menos espacio y desprender el menor calor posible. Cuando llueve, el agua se desliza por el lomo de los koalas como sucede con los patos. En los días calurosos, secos y bochornosos, los koalas no sufren, ya que el pelaje de su pecho, que es claro y largo, absorbe el calor. Y, cuando hace viento, su pelo se mueve y así se refrescan.

 

Comportamiento social

La población de los koalas posee un sistema de comunicación y organización complejo, que le garantiza la cohesión social. A pesar de que son solitarios (excepto en la fase de apareamiento), se organizan en poblaciones estables bajo una jerarquía social, en la que se establecen diferentes territorios y, dependiendo de la posición que ocupen, se comportan de una u otra manera. Si el orden se desestabiliza, influye en el grupo.

 

Territorio

Cada koala establece su propio territorio, cuyo tamaño depende de diversos factores: sexo, edad, posición social y la calidad y resistencia del terreno. En una población socialmente estable, el tamaño del territorio garantiza suficientes árboles adecuados para proveer al koala de alimentos y protección. Los koalas pueden permanecer en su territorio durante toda la vida, excepto en los casos de catástrofes y alteraciones del hábitat. Así mismo, cambian a menudo de árboles dentro de su territorio para comer, buscar refugio o mantener el contacto social. Además, dejan marcas de olor para acotar su terreno.
En una población biológica estable, los territorios de los vecinos se solapan. Los machos prefieren territorios donde se unan con uno o varios territorios de hembras. Si se solapan territorios de machos, se evitará el contacto. El territorio de una hembra puede coincidir con los de ambos sexos. Antes de que los koalas jóvenes emigren, consideran el territorio de su madre como propio. Generalmente, los territorios de los machos son más grandes que los de las hembras.
Algunos de los árboles marcados con excrementos sirven de lugar de encuentro, razón por la que juegan un papel decisivo en la estabilidad de la población. Mientras los koalas machos marcan su territorio con el olor de sus glándulas mamarias, las koalas hembras usan el olor de su orina.
Dentro de un territorio, hay árboles a los que no pueden acceder algunos koalas. Gracias a este comportamiento la población se equilibra. Esto también explica por qué los koalas jóvenes deben abandonar a sus madres. En el caso de que permanecieran junto a sus madres, competirían contra ellas o contra otros animales para obtener alimentos. Los koalas jóvenes deben establecerse en las zonas periféricas de una comunidad.
Si un koala muere, su territorio se le cede a un congénere. Por ello, las fronteras siguen siendo prácticamente las mismas. Antes de establecer un territorio fijo, los koalas jóvenes suelen recorrer las zonas periféricas de una colonia durante un mes. De este modo, toman posesión de numerosos territorios abandonados. En los bosques, tienen lugar las luchas por el territorio, especialmente durante el período de apareamiento.

 

Emigración y expansión

Durante algún momento, a los koalas jóvenes se les fuerza a abandonar el territorio de sus madres. Normalmente, esto sucede cuando tienen 18 meses. Como no todas las hembras se reproducen cada año, tienen la posibilidad de marcharse después de los dos o tres años. Los koalas que emigran no solo buscan un hábitat desocupado, sino otro periférico cerca de otros koalas.
A veces, los koalas que buscan territorios están obligados a recorrer grandes distancias para encontrar el apropiado. Estas emigraciones proporcionan el intercambio genético entre los grupos de apareamiento limítrofes y, por lo tanto, garantizan la diversidad genética de las poblaciones.
Hoy en día, debido a la intervención humana se dificulta la emigración y expansión de los koalas en muchos de los territorios. Los hábitats disponibles son limitados y fragmentados, motivo por el que los koalas jóvenes no pueden encontrar territorios adecuados. Con lo cual, o bien viven en malas condiciones, o deben seguir buscando otro territorio. Esto puede con llevar que se agoten los alimentos, la muerte de los árboles y la decadencia de la población.


 

Comunicación

Los koalas cuentan con una amplia variedad de sonidos, que les permiten comunicarse a grandes distancias. Tanto las hembras como los machos gritan cuando tienen miedo. Emiten un ruido fuerte, como el de un bebé cuando quiere comer, que se produce en situaciones de estrés y normalmente suele ir acompañado de temblores. Los machos producen una especie de ronquido para manifestar tanto su presencia como para demostrar su posición social. A menudo suena como un ruido lejano, como cuando se pone en marcha una moto o como cuando gruñe un cerdo. Los machos se ahorran el gasto energético que emplearían en una lucha mediante el uso de los sonidos para establecer su posición dominante. Durante el período de apareamiento gritan mucho para que los otros animales perciban la posición del que grita.
Las hembras no aullan tanto como los machos. Sin embargo, sus gritos sirven tanto como aviso de agresión o como parte de su comportamiento sexual. Pueden ser dulces cuando intercambian unos suaves chillidos con sus crías; pero también, amenazadoras cuando gruñen expresando su enfado o su malestar. A veces se les puede escuchar emitir un sonido parecido al canturreo o al susurro de una persona.

 

Enfermedades

Los koalas tienen un sistema inmunitario muy débil, que les hace propensos a todo tipo de problemas, como enfermedades respiratorias, digestivas y urogenitales, úlcera de estómago, cáncer, deshidratación y atrofia muscular. Asimismo, tienen una gran tendencia a padecer de estrés que, sumado a su gran actividad en la época de apareamiento, provoca que sean más vulnerables a enfermedades en ese período. Además, suelen sufrir infecciones de clamidia. Cuando llueve, a los koalas enfermos se les queda el pelaje húmedo. También las garrapatas se les pegan con gran facilidad. Por si fuera poco, los koalas más viejos pueden llegar a morir de hambre por el desgaste de sus dientes, ya que no son capaces de seguir masticando las hojas.

 

Época de reproducción

Los koalas alcanzan la madurez sexual a los dos años. Sin embargo, los apareamientos se empiezan a dar normalmente entre uno o dos años después. Por lo general, las hembras están preparadas antes que los machos, ya que los machos dominantes mayores mantienen alejados a los más jóvenes. No está claro si son los machos los que van en busca de las hembras o si ocurre al contrario. Posiblemente esto depende del estatus del animal en la jerarquía social. Los machos dominantes deben mantener su posición frente a otros machos y controlar a sus hembras. No obstante, también se da el caso de hembras en celo que van en busca de un macho dominante.

 

Apareamiento y fecundación

La época de apareamiento del koala dura aproximadamente desde septiembre hasta marzo, aunque hay diferencias regionales. En esta época, las hembras pueden aparearse en repetidas ocasiones. A las crías de un año que todavía son lactantes, no se les permite aparearse. Sin embargo, hay ocasiones en que estas se encuentran entre un macho en busca de una hembra y su madre, por lo que las que ya han crecido son expulsadas del territorio de su madre y deben buscar otro lugar para vivir.
En esta época los koalas son mucho más activos. Con frecuencia, los machos son muy agresivos durante la época de apareamiento y suelen hacerse daño con sus afiladas garras. Los machos dominantes se aparean con todas las hembras que tengan a su alcance y defienden su posición como sea posible, aunque los otros machos también buscan su oportunidad.

 

Gestación, nacimiento y cría

La gestación dura solo 35 días. Al nacer, la cría se arrastra por sí misma desde la cloaca hasta la bolsa. Nace ciega y sin pelo, pesa menos de un gramo y mide unos 2 centímetros. En la bolsa hay un músculo que evita que la cría se caiga. Normalmente solo nace una cría al año, en verano. Esta pasa entre seis y siete semanas dentro de la bolsa, donde beberá leche y se hará más grande.
Alrededor de las 22 semanas de vida, abre los ojos y empieza a mirar todo lo que ocurre fuera de la bolsa. Entre las 22 y las 30 semanas empieza a tomar, además de la leche, una especie de papilla que produce su madre. La papilla es un tipo de excremento que facilita a las crías el decisivo cambio de la leche a las hojas y se irá convirtiendo en la alimentación principal de la cría hasta que, cuando sea mayor, abandone la bolsa y empiece a tomar su comida tumbado en la barriga de la madre.
En todo este tiempo aprende a agarrar las hojas con las manos y a olisquearlas con cuidado antes de comérselas. Sin embargo, seguirá alimentándose con leche materna hasta que tenga un año. Debido a su gran tamaño, la cría tiene que sacar la mama por la apertura de la bolsa. Cuando empieza a alimentarse con hojas, la cría se desarrolla a mayor velocidad y su cuerpo se hace más regordete. A partir de entonces, la madre empieza a llevar a la cría a la espalda, aunque esta sigue buscando protección en la bolsa. Cuando se hace mayor, realiza sus primeras excursiones alrededor de su madre.
En torno a los 12 meses, la cría ya es lo suficientemente capaz de valerse por sí misma, por lo que su madre puede volver a quedarse preñada. Si vuelve a tener hijos, la madre deja de amamantar y de llevar a su cría, aunque admite que permanezca cerca, hasta que empiece sus primeras excursiones. Normalmente, la madre ahuyenta a las crías a partir de los 18 meses. No obstante, si la madre no vuelve a quedar preñada, la cría puede seguir bajo la protección materna hasta los tres años. Una vez que la madre la ahuyente, esta debe marcharse.
Las hembras que viven en estado salvaje suelen vivir unos 15 años. Los machos, sin embargo, viven una media de 10, ya que a menudo se dañan en sus peleas y normalmente tienen que moverse para vivir en zonas en peores condiciones. Por lo general, los koalas que viven en libertad tienen menor esperanza de vida que los que koalas en cautividad (las hembras alcanzan los 19 años). Especialmente corta es la vida de los koalas que habitan en áreas suburbanas o cerca de una autopista. Aquí la esperanza de vida de un macho se reduce hasta los dos o tres años.






Algunas curiosidades que encontramos son:


1. Los koalas generalmente permanecen en el mismo árbol durante varios días.
2. El nombre de "koala" deriva de una antigua palabra aborigen que significa "sin bebida" o "el que no bebe". Esto es así ya que el koala obtiene más del 90 por ciento del agua que necesita al comer las hojas del eucalipto en que vive.
3. Los koalas sólo se encuentran en Australia. En el pasado se cazaba a estos animales por su piel, lo cual el día de hoy está prohibido.
4. Los koalas duermen de día (hasta 20 horas) empleando la noche para comer.
5. Los jóvenes koalas son incapaces de digerir las hojas de eucalipto. Para sobrevivir tienen que comer ¡las defecaciones de su madre!
6. Los koalas alcanzan a vivir hasta los 20 años.
7. Estos marsupiales sólo comen las hojas de 35 de las 500 especies de eucaliptos que existen.
8. Los koalas pueden correr tanto como un conejo.
9. Los koalas tienen la apariencia de suaves osos de peluche, sin embargo no son osos ni están remotamente emparentados con los osos. Los koalas, igual que los canguros, son marsupiales que llevan a sus hijos en bolsas.
10. El koala es el único marsupial arbóreo sin cola.
 11. El simpático koala tiene excelentes sentidos del olfato y auditivo.
12. Ni los perezosos duermen tanto (18 horas al día).
13. A excepción de la época de celo, los koalas son animales solitarios.
14. Las huellas dactilares de los koalas son impresionantemente similares a las de los seres humanos.